El primer paso para elegir el peinado es planear con antelación. Una novia no puede teñirse el pelo el día antes de la fecha, y tampoco puede hacerlo dos días antes del gran evento. En el caso de que quiera cambiar el color de su cabello, deberá hacerlo con mucha antelación para que en el día de su boda el tono esté más claro y tenga un aspecto más natural. Varias semanas antes de la boda deberemos consultar en varias peluquerías el peinado que buscamos, pues para conseguir el look que deseamos debemos tener suficiente tiempo para encontrar la peluquería que nos lo pueda ofrecer. Además, no esperes para lavarte tu pelo hasta unas horas antes de la boda: es preferible lavarlo la noche antes de la ceremonia porque, de lo contrario, el cabello aún estaría demasiado suave para hacer un peinado.
Piensa en la forma de tu rostro. Si es ovalada, puedes permitirte cualquier tipo de peinado, pero si tu rostro es redondo es preferible tener mucho volumen en la parte superior de tu cara y tener un peinado corto, que al menos llegue a los hombros. Para los rostros alargados se recomienda el flequillo y el cabello largo, preferiblemente rizado. Si tu rostro es cuadrado, opta por las capas y por los peinados redondeados. Déjate el cabello largo e incluso el flequillo a un lado.
Si tu cabello es corto, puedes aplicarte extensiones. Tu peinado quedará precioso, y además ¡te durará incluso hasta después de la luna de miel!
Estos consejos son básicos para encontrar el peinado que más favorezca a una novia, pero tal vez el más útil sea el de prestar atención a tu propio estilo. Escoger una diadema o no, o incluso aplicar flores al peinado, es una decisión totalmente personal.
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