Tienes muchas opciones. Puedes venderlo en una página de internet, algo que hacen muchísimas mujeres, o bien alquilarlo. Esta decisión tendrá el inconveniente de que perderás tu vestido de novia, pero al menos recuperarás una parte del dinero invertido en él.
También tienes la opción de guardar tu vestido de novia. Es la opción elegida por la mayoría de las novias, pues el vestido es un recuerdo muy especial que puedes llevar contigo durante el resto de tu vida y, si encuentras un lugar estratégico, no tiene por qué ocupar demasiado espacio. Tras la boda, lo primero que tendrás que hacer con el vestido es guardarlo en su bolsa de plástico y llevarlo a la tintorería. Para evitar la humedad, dentro de la caja de cartón donde lo guardes puedes poner papel de seda.
Recuerda: si guardas tu vestido de novia, puede servirle a tu hija o incluso a una nieta.
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